martes, 2 de septiembre de 2008

Cosas de la genética


Estoy en Londres. Siguiendo una pista. Expediente CHP-MVB. Os desarrollo. Como una guisanta de Mendel, Mariví Beckham (MVB) sufre mutaciones genéticas. Tras esas rodillas infames y esa carita de ‘soy una gorda famélica y ¡viva el pastel de riñones!’ se esconde una lucha celular sin cuartel. Carl Heinrich Pfänder (CHP), amiguito de Marx con un koljov divino en el condado de Lincolnshire, fue antepasado de la Spice. O sea, en términos médicos, que su afición al shopping es simplemente una reacción al comunismo soviético que corre por sus venas. Como si tuviera anisakis. Y una cosa así, yo, consumista congénita, tenía que investigarlo porque, ya sabéis cómo es el verano, a falta de una guerra –¿algo sucedió en Georgia o Somalia y toda esa parte de por ahí escasamente petrolífera? ¿no? -, la gente se inventa unas cosas tan increíbles como el amor de Darek por Susana Uribarri. Si el polaco hubiera caído in love por José Luis, con esa melena caoba y ese conocimiento geopolítico del continente vs. Eurovisión, todavía, pero ¿por su hija? ¡Si la papada se le confunde con el muslo! La falta de noticias es así. Acordaos cuando se dijo que Richard Gere no sé por dónde ser metía un gerbo, que debe ser algo así como un conejo pero con la uñita redonda, digo yo. O que Ricki Martín, una niña, un perro y una lata de paté La Piara tapa negra formaron una interesante ecuación con muchas ‘X’. O que a Ana García Obregón le explotó una prótesis encima de un sándwich vegetal y unos panchitos en pleno vuelo y que por eso se inventó en papel film. Esto me lo creo por gore y por genial. Mum, que está es como McCain según Paris Hilton, es decir, “arrugada y dependiente”, no quería que saliera del país. Prefería que me quedara con el tema de Anita y su relación con jóvenes capilarmente dudosos. Sin ceja, vamos. Pero es que el virus del despendole lo estudia mejor Carmen Rigalt y yo, ya os confieso, tenía que solucionar unos temas con Sienna Miller. No se repone la pobre. No se repone. Se siente como Demi Moore en La Letra Escarlata. Ve bien, porque Demi, según otra leyenda urbana alucinante, ve menos que Pepe Leches pero, como en la peli, lleva el mismo peinado Princesa Leia style y es acusada de adúltera. Que se ha liado con Baltasar Getty que, con ese nombre, le falta sólo el camello, porque los polvos de Rey Mago se los echa, y que resulta que está casado. ¡Ángela María! Exclamé yo nada más conocer la noticia, expresión que utilicé también al vislumbrar en playas sardas el pecho de Carlota de Mónaco, pillado por la hebilla del pantalón, y la cacha de JLo, que eso no rebaja ni a dieta de alcachofa. Me ha dado pena Sienna, la verdad, y me he ofrecido a echarla unos curricula en el Festival de Edimburgo para relanzar su carrera. Siempre habrá un moderno tipo Calixto Bieito que revisite Hamlet con una Ofelia adicta a H&M y a la Coca Light. Eso, pa’ Sienna, chupao’.

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