viernes, 31 de octubre de 2008

Tensa y sexual

Pues le he dado tu teléfono. Hija, es que tiene el cutis fatal. ¿Cómo aguantará ese make up tan extraterroso? Evidentemente, su poro no lo aguanta. No lo aguanta. Gemma Ruiz pide a gritos una limpieza con agentes abrasivos inclusive. En Tiffany’s, entre cientos de diamantes multifacetas multiplicadores, claro, el efecto clamaba al cielo. “Oh my God, she needs an esteticienne”, decían sus pliegues y contornos. Y eso que Gemma no es Victoria Abril, que en el estreno de la última de Díaz Yanes, tenía el labio superior, el facial, digo, como una faldita plisada de crep. Y eso que la Abril lucía festiva, que la llegas a pillar en pleno celuloide y, nena, te cagas por las pencas. Te lo digo así que te resume mucho el espíritu del film. Qué diferencia al look college de Retorno a Brideshead aunque, te digo, comparto palabra por palabra, sílaba a sílaba, fonema tras fonema el comentario de mi íntima Grijalba vía Facebook y que ¡Viva el voyeurismo! No te digo más que gracias a la red nos hemos hecho fans de Naty Abascal. “Todo lo que quise ser en la vida es ser como Naty Abascal”, reza la página. Una verdad grande. Aleluya. Pues lo que te decía tras el inciso, que Silvie está indignada. En grado sumo. Me cuenta que la película termina con un beso de los protas masculinos, que ya te he jodido el final pero siete euritos que te ahorras, guapa. Tela. Sobre todo, cuando Evelyn Waught no escribía rollos gays no fuera que la tataratatarabuela de la Reina Sofía, o seasé, Victoria, le montara un pollo. Que de esos polvos, estos lodos y no lo digo yo, lo cuenta Pilar Urbano con un cardado que desmonta la Ley de la Gravedad a golpe de laca. Y es que, además, resulta que con ese ósculo decimonónimo se rompe la tensión sexual no resuelta. Ya sabes, cari, como mujer y como esteticienne que, la tensión sexual no resulta es lo supermás. Yo estoy harta del sexo explicito y consumado. Del sexo y del turismo cultural. Están totalmente sobrevalorados. Te digo mi verdad. El jueves, en el desfile de la nueva colección de Vicktor & Rolf para Samsonite, recordé mi viaje a Viena que ahora te arrojo como ejemplo. Aproveché más mis bocadillos de filetito empanado, llamado allí snitzel, que mi visita al Kunstorisches Museum, con unos suelos hermosísimos, eso sí. Es más, de la ciudad imperial recuerdo con fruición aquel sabor del frito y a Kristin Von Stauffen, a sazón, ex de Andrea Cassiraghi por gentileza de María Jurado, a la que tuve a côte moi en el desfile. La oteé como una ardilla. A ver. Era una oportunidad estupenda, que desde que practicara el francés con Andrea, servidora le había perdido la pista. Pero siguiendo con la tensión sexual no resuelta: esta de moda, qué digo moda, supermoda: Falete e Isaac por ejemplo. Hay tensión en el elástico del panty de Falete y hay rollo sexual porque Isaac dirá lo que quiera pero, ese niño ha visto al tonadillero como su madre lo trajo al mundo y lo ha tenido embadurnadito de crema Ponds como Guy Ritchy a Madonna en su cama de matrimonio y Falete, aclaremos, no es Madonna. ¿Y qué me dices de Ana Botella y Esperanza Aguirre en la inauguración de la heladería de Nieves Álvarez? Eso fue tensión a secas. Bajo Cero. Llegó una y se fue la otra. Seguro que se quieren con locura pero servidora intriga que da gusto. Y es que ya veo tiras y aflojas en todas partes. Y hablando de aflojar, para una vez que Julián Muñoz se puede abrochar el cinturón por debajo de la cadera, se queda sin novia. Qué paradojas la vida...

miércoles, 29 de octubre de 2008

Burbujeando en Tiffany's

Como Audrey. Ella, con un croissant y servidora con una perronilla pero, ambas refugiándonos de un día rojo en el brillante escaparte de Tiffany & Co. Ya sabeis, se puede tener un día negro porque una engorda o porque ha llovido demasiado. Estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles. De repente se tiene miedo y no se sabe por qué. En esos momentos lo único que te viene bien es ir a Tiffany’s. Nada malo te puede ocurrir allí. Audrey, al final, se compró una mierdita con George Peppard, que menudo horror, George Peppard, pero es que a la que suscribe no le dejaron ni entrar en la boutique mientras la mujer de Rafi Camino paseaba los efectos del agua oxigenada a sabiendas del efecto multiplicador de los diamentes multifacetas que la rodeaban. Fuerte ¿eh? ¡Ay Señor! Pero qué delito cometí contra vosotros naciendo. Acaso ¿parezco una criminal? “Naty, my sweet heart, dímelo tú, ¿parezco acaso una criminal?” Pero Naty, venga a burbujear, se pensó que le estaba preguntando por su dress code y contestó “De Ojcar, cari, de Ojcar”. Que es lo que tiene Naty, que tan pronto te suelta un palabro ininteligible en inglés como luego aspira las “eses” porque ella es así: llana, un amor y burbujea. Anoche, ella podía hacer lo que le diera la gana con su De la Renta verde, su bolso cereza, sus guantes largos y su capa de visón que ¡Viva la mezcla! porque estaba ideal en la inauguración de este oráculo del buen gusto made in USA, ex sede de Versace que, por cierto, Donatella, reina, eso te pasa por chapar boutique, con los leggins de leopardo que yo he adquirido entre esas paredes ¡coño! Ahora, fíjate, la que lleva unos leggins que dan ganas de echarle una cerilla porque con ese material en pastilla Mummy ha encendido toda la vida la barbacoa, es Elena Tablada que, me diréis: ¿y a ti que te ha hecho esa pobre niña tremenda? Pues, mira, que la he cogido ojeriza. No puedo con ella. No se puede medir 0,90 metros y pensar que eres Elle MacPherson... O ¿si se puede? Realmente queridas, teniendo en cuenta que Elle McPherson cree que es una vedette de revista, rollo María José Cantudo, que ahora está divina de señora como Dios manda, la Tablada a lo mejor se ha planteado convertirse en top model, que me parto de la risa... Porque sí, Elle estaba enloquecida, del bracero de Luis Medina y enloquecida, que la ví hasta el tanga debajo de una falda de encaje que era gloria bendita pero, tan espectacular que te autoconvences de que tú eres hija de un batracio alienígena que poseyó a tu madre mientras ella comía quesitos “La vaca que rie”. Elle se hizo esperar la vida. Hasta apagaron la luz a los fotógafos, no te digo más. La crisis, que hasta al joyerío ataca... Pero antes de que los focos se apagaran, por la alfombra verde menta pasó desde Cuqui Fierro, que le encanta el mundo cebra y el mundo gasa, a Gemma Ruiz y su make up extraterroso pasando por Maxim Huerta y su envidiable delgadez y Carmen Lomana y un broche en la pechera que hasta su pómulo palidecía a tanto resplandor. No te digo más.

viernes, 24 de octubre de 2008

Fiestas y desorientaciones capilares

¡Solange de Cabras no! Solange, a secas, la hermana de Beyoncé. Sí nena, que los secadores te han dejado sorda. Es que esos padres ponían los nombres con el Scatergoris. Pues como te comentaba, que estuve con ella el otro día, con el frío que hacía por estos patios, porque me llamó su hermana que me quiere mucho porque siempre he defendido su raíz rizada con el pelo planchado. Que me dio por ahí. Que me da por allá y la pongo a caldo. El caso es que, como soy un amor, para no hacerla el feo, me tocó aguantar “a-la-plasta-la-niña” toda la noche mientras hacía gorgoritos y miraba como una mohína. En The Chivas Studio, que es un centro mío de referencia. Yo no sé por qué les da a todas estas Rihanas, Beyoncés y demás por ponerse finas y mirar a cámara como si fueran ovejas con el labio caído. Ya le dije: “Niña, Solange, arriba ese pecho y ese morro que, si con 20 años ya pillas ambos con el goma del panty, mal vamos”. Pues nada. Ella, venga a plancharse el pelo. Se le va a caer. Como a Elena Tablada. Bueno, a Tablada, caer-caer no se le cae, se lo voy a arrancar yo. ¿Tú te crees que sin haber hecho nada en la vida aparte de ponerse gorras de patchwork y pantalones de campana lleva representante? No puedo con ella. Se lo tenía que haber comentado a Laura Ponte a la que adoro y ella es muy Lacroix 85/86, que es look que me encanta pero, no quise ser destructiva, que me da un rictus que no va conmigo. Y, además, bastante se destruye ella misma con esa pinta. En los Telva fue ya el colmo. Por cierto, fiestón donde los haya. Sólo me faltó Tamara Falcó. Yo me pregunté: ¿Estará en París eligiendo vitro? Porque en aquel reportaje que hizo para Hola! en su apartament dans la rive gauche, tenía la cocina a medio poner. Pues hete aquí que me la encuentro bionda biondísima en la inauguración de Just One! “Tammy” le expeté yo, “Que tenga que estar con Solange, que me importa una teta, y que tú, con lo que tú eres pa’ mí, ¿que me tengas olvidada? No hay derecho. Eres una fresca. Así te lo digo, Tammy”. Ella, alentejuelada perdida, pasó de mí como Madonna de Guy Ritchie que, no me digas tú que, con lo que le gustan a ella los hombres y lo que ha ganado, porque ha ganado mucho, que no haya hecho separación de bienes. Total que, dejé a Tammy con Colate que es como dejarte en la miseria y fatal y me olvidé de todo. Del mundo y de ti, inclusive. ¡Cómo no me voy a olvidar, si da gusto con este Madrid en crisis! Oscar de la Renta inaugurando tienda. Kenzo, otra, que estuve yo toda la tarde cantando “Mosi bo chi itana” cual Heidi para ponerme a tono, japonés visón of course; Yo Dona agasajando a sus lectoras con una soiré en Mango; Naty Abascal, estrenando faz y, por si fuera poco, Mar Flores, vuelve a la pantalla. De actriz del destape. Lo mismo que hace Blanca Cuesta en la intimidad de su hogar, que eso no es un hogar. Viendo a Borja con ese abdominal es la guarida de Barbapapa. Pero Mar, con lo que me gusta a mí, no sé qué se ha hecho en el cabello. Está como Sharon Stone, sin orden. Sharon, porque inyecta botox a su niño en los pies en plan peusek pero, Mar, Mar no tiene excusa. Aunque para falta de excusa, Rania, que no me haya traído los bolsos de piel de camello que la encargué. Que estuvo tan sólo 8 horas en el país, dice. Mira, que no me venga a casa a saltarse el Ramadán con un plato de jamón porque, ese día, te juro, que no tiene calle pa’ correr.

martes, 21 de octubre de 2008

Nada como Telva

Tenía el discurso preparado para dejarlo nockeado, llevármelo a casa, o seasé, secuestrárlo y, con una buena hambruna y un sexo continuado en plan torturador, conseguir que se enamorara de mí, convertirme en su musa e ir a comprar el pan con smoking masculino y una megacamisa de tafetán. Pues sólo acerté a balbucear: “Stefano, come sei bello tu!” Y Pilatti, desde su cabello rubio, allí, a la lontananza, dado mi metro diez, sonrió alzando un slipper de terciopelo azul y pensó: un monstruo cuellicorto. Qué fuerte. Con lo que él es pa’ mi... Y la moda. Y Telva. Que yo vivo por y para estas páginas satinadas, que son mi alimento. Mi agua. Mi pan. 45 años de vida que me dejan a mí sin ella y XVIII ediciones de un Premio señero para el glamour español. Así pasa, que todas las que somos algo en el mundo del estilo no podemos faltar a la cita y perdemos el oremus. David Delfin, de lo feliz que estaba, aplaudía sus modelos preferidos como una señora de público de un programa de Terelu. Y Marta Sánchez, con su vaporoso Caprile, se buscabala cadera como si la hubiera perdido. Hasta la pobre Soraya Sáenz de Santamaría, monísima ne raso negro, por cierto, pasó por detrás del photocall mientras Carmen Lomana que puede comerse unos panchitos en él porque ella puede, ni lo vio. Es, queridas amigas, cómo si la moda se subiera rapidamente a la cabeza como un champagne francés o un chianti italiano y no fuéramos capaces de despertar de esa burbujeante resaca. Yo, os prometo, temo que un día la moda nos vuelva locas a todas y terminemos en un hospicio para sus amantes. Se lo tengo que decir a Nieves Fontana, la envidia que me dan a mí todas esas que se comen un bocata de chopped de pavo y una gaseosa mientras esperan el bus con chándal de poliespán y un periódico gratuíto. No sufren come moi. Y luego tienes a María Jurado que le preguntan de qué va vestida y dice: “De Miguel Palacios”. Con S. Te quedas muerta. O a Elena Tablada que te manda callar antes de decirte quién es el autor del horror hecho nylon que la cubre con la manito embuchada en un guante de conductor. Y se hacen llamar fashion victims. Un respeto por Dios. Un respeto. Así estaba Oscar de la Renta, que no perdía comba. Como separando lentejas de la granilla. Por ejemplo, que yo me fijé, Agatha, Amaya Arzuaga o Ana Locking, le epataron y las seleccionó como legumbre francesa fina. Ahora bien, él no sé, pero yo a Adriana Domínguez, que le faltaba un chimpancé en la solapa, a Paula Echevarría que qué decepción vestida de cortina o Arancha del Sol con sus bajos recién cosidos, ni para hacer un caldo, fíjate. Nada que ver con Nieves Álvarez que ya me pone mala de lo estupenda que va siempre. Mala. O con Naty Abascal, que todo lo que he querido ser en la vida es ser Naty Abascal, de rojo y de la Renta. Ni con la Infanta Cristina y su look años 40... Adriana Abascal con su BCBG achanelado también me flipó lástima que el protocolo no le acompañara...

lunes, 20 de octubre de 2008

Telefoneando a Mariví Beckham


¿Es que no tienes otro momento pa’ponerme el rulo? ¿No ves que estoy en conferencia transatlántica? Ay, hija, Mariví, no me extraña nada que te fueras de este país, que huele a ajo, yo también me iría de esta peluquería, que apesta a ¡acetona marca blanca! ¡Que me oigan hasta tus vecinos de Los Angeles de San Rafael! ¿Qué es California? Mira nena, para una vez que sales de tu Manchester natal cómo te pones. Bueno, que te llamaba para decirte que eres un amor, que gracias thousand por invitarme a la recepción con tus amitiés en Ekseption y que tengo la talla 46 de jeans. Sí. ¿En campana? ¿Malvas? ¿Sin elastán? Nena, qué difícil me pones lo de llevar tus modelos. Por cierto, lo que te gusta a ti liarla parda. Pero ¿cómo se te ocurrió salir del buga doscientos metros antes de llegar a la tienda? ¿Y con esos tacones? ¿Y esos pinkis?¿Y con ese chaleco con cuerdas y el pelo peinado con espuma? ¡Ángela María! Que pensabas que en España, como no te quiere ni el Tato, no iba a ver nadie para esperarte y decidiste salir a que te diera el aire, a pensar... Mira, tía, cuéntame otra. Que te gusta pollear y punto. Si lo sabía yo. Pues tuviste lo tuyo y lo de tu prima la de Bristol. No te sacaron un ojo de milagro. Dentro, estuviste bien. Seca pero bien. Mariví, cari, es que eres mu’ seca. Un besito, qué se yo. Pues no, tú venga con el fotógrafo chino del Hello! Seca, chata, seca. Al menos apareciste, porque te voy a decir que el domingo estuve en la fiesta de los Masters de Tenis y Rafa Nadal, ¿el manati? ¿el manacorí? ¿cómo es, reina? Da igual. El caso es que, dos horas esperando y, el tío, va, y se cuela por la puerta de atrás. Ahí la que polleó fue servidora. Ya me han dicho: “No te metas con Rafa Nadal, que es ídolo nacional” ¡A mí, plin! ¡Yo soy una kamikaze del corazón y me suicido profesionalmente si me da la gana! ¿No pleitea contra el mundo Telma Ortiz? ¿Y la Duquesa no se casa poniéndose a Eugeñita de peineta? Pues eso. David habría venido y posado. En calzoncillos. Ya, lo sé. No hace falta que lo jures. ¿Qué tal le fue lo de las croquestas congeladas en Londres? Tú es que sabes más que los ratones coloraos. Yo también. Llevo toda la semana en la zona Vip Rolex del Arena. ¿No te digo? ¡Por los Masters! Champán pa’rriba y medias azules de Carla Rollo Villanova pa’bajo. Así he estado. Y con un bocata de salmón ahumado porque paso de menudencias. Yo, como si estuviera embarazada cual Carolina Herrera Jr. Sí. La hija. La del 212 Manhattan. Ay, perdón cari, que tú eres costa Oeste. Ahora caigo, por eso no fuiste a la inauguración de la tienda de Marc Jacobs, que es costa Este. Pues, dón’t worry porque tampoco vino él. Estaría tatuándose otra moñez en la cacha. Podría haber mandado un ramito de rosas como hizo Pe Cruz a Cristina Rota el día de su estreno como novelista que ojo drama. Ni Camino de Fesser que qué hecho yo para sufrir tanto como público pasivo. No te digo más que hasta Pilar Bardem se vistió de púrpura. Y Leire Pajín... Exacto. De Zara. ¿Pues sabes que Carmen Lomana también? De su Jaguar y con blusón de rollo Gucci folk pero Inditex la vieron salir estos ojitos. Es que es mucho. Te la tengo que presentar. Por cierto, borra el teléfono de Esther Cañadas. Se apunta a todas. Estará a por uvas. Ahora presenta. Con Nieves Álvarez. Unos coches. Que sí. Vale, vale. Te dejo. Que no te preocupes. No me olvido: 7 botes exfoliadora Deliplus. Del Mercadona. Chaito, mona.

viernes, 10 de octubre de 2008

El tinte y el vuelo de la falda

Pues como te iba diciendo antes de que me echaras un pegote de tinte en to’la ceja y te pegara con la mano vuelta, que no me vuelvo a poner una falda lápiz. He decidido que, esta temporada, tengo figura de tartán plisado. Dolce&Gabbana style. Ya me veo saltando por la campiña como una cabritilla loca de la manita de Oriol Elcacho. Yo, con polaina; Prisicila de Gustín, la novia, desaparecida; y él, con falda et rien de rien bajo sus tablas, como manda la tradición. ¡Viva el tradicionalismo y las neocom! No te digo más que, en la inauguración de The Chivas Studio, donde desfiló el muchacho con kilt, no había quién no hiperventilara ante la posibilidad de que el huracán Katrina desviara trayectoria y le levantara las faldas. A él y a la media docena de mocetones que recorrían la pasarela adornada con pajaritas de papel made in Laura Ponte, que es victoriana, papirofléxica y la adoro. Amaya Salamanca y su ceja negra, Rafael Amargo y su tripa y Ana de Armas y su chicle estaban en pleno síndrome. Como quinceañeras con acné y coletero de felpa recién salidas del Mercado de Fuencarral, que, por cierto, descanse en paz. Y cómo no iba a fenecer si llevaba diez años estancado con el rollo carhartt y el pantalón jodpur de perroflauta. ¿Sabes lo que te digo? ¡Abajo la sudadera! ¡Viva Marc Jacobs y la madre de Kate Moss que es súperenrollada y, durante su estancia en Ibiza, les freía unos filetitos empanados mientras ellos esnifaban pegamento!¡Viva! Porque te anuncio, darling, aunque carezcas de posibles, que Marc estrena local esta semana en Madrid, así como te lo cuento porque soy una it-girl y no tomo yoghoures Clesa, como tú. O como Francisco Ayala, pobre. El día de la Cena de las 25 se tuvo que quedar en casa a dieta de lácteos y no acudió al fiestón donde, hasta Carmen Romero llevaba falda corte de sirena. Y todo el mundo como preocupado por el escritor cuando, hija, otra cosa hará Ayala, pero adornar, no adorna. Muy intelectual y todo lo que tú quieras pero, ¿y la lentejuela? Pues venga a interesarse por su ausencia cuando servidora venía de los Premios Shangay y llegaba sedienta de glamour porque, hasta en la fiesta más glitter del año, corrieron vientos de depresión. Ya lo cantaba la Terremoto “Crisis is in the air, everywhere you look around”. Ni el escote de Chenoa ni el rollo Baccara de Boris y Beatrice D’Orleans ni el pantalón dorado de Eduardo Casanova o la camisola de raso rollo Aplauso de Paula Vázquez lograron despertarme emociones. Sólo formar parte de las 25 podría sacarme del marasmo vital en que me encontraba pero, repito, el interés se centraba en otras. En la blusa oriental de Zara de Leire Pajín que no se la quita ni para acostarse; en el pelo de freir croquetas de Aído; en las pastillas de María Antoñita Iglesias o en la coletita-rata de Fran Perea. Me plantifiqué, cual Violenta Santander, y le dije a mi íntima Silvie Grijalba: ¿Cari, qué ha hecho la Ministra Salgado o la Presidenta del Tribunal Constitucional que no hayamos hecho nosotras para desatar este interés? Nosotras, al menos, hemos desterrado la torerita de nuestro vestuario. Hasta Ángela Rodicio asintió ante una verdad tan grande. Es que ahora somos fans de la corresponsal. Flipa con La Casera y sólo por eso mola. ¿A ti no te enrollan las burbujas, cari?

viernes, 3 de octubre de 2008

El cine y los rulos


¿Cari me has cogido los rulos? ¿Gordos y espesos? No quiero rizo pequeño que luego los empresarios de buen ver me confunden con la Duquesa de Alba y me tiran los trastos… ¿Me llevarás ahora al secador centrifugado, no? Lo que me gusta a mí este aparato porque, con todos estos archiperres y el run run, me parece que voy hasta a despegar. Yo, te prometo que, con traje sirena, soy igualita que R2d2. Qué personaje tan lleno de vida en qué filme tan emotivo. Me ofreció el papel George Lucas, que siempre confió en mis dotes del Actor Studio donde por cierto, Paul Newman, el pobre, me invitaba a panchitos pero, hija, llegó una enana con inglés y me arrebató el papel. Lo mismo que Elsa Pataky. Otra enana con inglés que me dejó con dos palmos de narices cuando se enrolló con Adrian Brody, a sazón, con dos yardas de narices. Pero, ahora, ahí la tienes a La Pataky, con ese chalequito de piel que no se lo quita ni para replantar geranios que ¡ojo! cómo debe oler ese conejo… El caso es que yo le habría dado al robotito de Stars War mi toque español. Mismamente, con una redecilla como ésta y unos madroños en vez de rulos, que, volviendo a la Pataky, y en descargo suyo, debo decir que ella intenta lo mismo. Se recorre el castillo de Connecticut pa’rriba y pa’bajo con otra cosa muy nuestra: eye liner interno reivindicado el rollo taurino o a Mari Ángeles Grajal, que hay que joderse homenaje terrible. Menos mal que no le da por el maquillaje extraterroso. Esperanza Aguirre ya se lo puso todo en el estreno de Sangre de Mayo, muy mona pero qué consistencia de make up. Eso, el maquillaje en polvo, mejor con laca espolvoreada. Ya le llamaré para contárselo. El caso es que Elsa se marchó de España por el mismo motivo que yo dejé el cinema. Que estaba harta. Harta de Guerras Civiles, postguerras, transiciones y barrios marginales. Harta. Una cosa es una cosa y otra cosa es esto que, niña, qué fatalidad, ¿Tú no estás apestada con tanto compromiso social? Cuánto gris marengo y cuánto yoghourt Clesa ¡Que alguien nos ayude! Y viene entonces José Luis Garci, que esa melena, darling, ya me dirás si es tinte o no pero, yo la veo caoba en las raíces, y nos trae otra Guerra. La de la Independencia. Ahí fue donde ví a nuestra Presidenta. Con Sara Montiel, con una manita de Baldosinín en el moflete, y a Larrañaga, con cutis color fucsia. Vale que Garci se permite lujo de vestuario pero, por Dios, cuánta tela de saco, cuanta ceja poblada… Llevo ya 17 visionados de “Sexo en Nueva York. La película” porque no puedo más. Y en los intermedios, espero a que Ana García Obregón se desmoñe viva con una extensión enredada en esas rodillas huesudas y sin sentido en MQB. Es lo único que me entretiene. Por cierto, cuando salga de su reclusión, ya entrenada, podrá hacer de teenager en High School Music. Estuve el otro día en la premiere como una quinceañera más y debo decirte que los actorcitos protagonistas –que no me interesan nada- están como abuelados, consumidos y con cara de hambre. Total que, con esos aspectos, Ana podría hacer incluso de recién nacido. Como Fran Rivera, que también tiene tamaño de bebé y ya lo he visto en ese musical dos veces. Otro que no soporta la marginalidad y es como yo o una gitana: le encanta la lentejuela y el dorado.