lunes, 30 de junio de 2008

Los 80 han vuelto


Con la disyuntiva que yo tenía... O daba un disgusto que se le caía el cardado a Natalia Figueroa o Belenchy me pegaba un grito que me dejaba la trompa de Eustaquio seca como una castaña seca. Pues ni a la una ni a la otra. Me intoxiqué. Estaba echándome la mascarilla para el cabello, igualita igualita que la hija del Barrio del Pilar en su entrevista en Ana Rosa, que eso es ser una profesional como la copa de un pino porque ¿quién ha trabajado el día de su boda?, cuando, la fragancia a piña colada del mejunje, me obnubiló y, sin darme cuenta, me comí un pegote. Se me quedó el jepetito, en ese instante, como a Isabel Preysler tras pasarle el photoshop en Hola! como vidriado, viselado, luminiscente y con los perfiles difusos. O sea, un cuadro. ¿Pensarán que Isa, por cierto, queda natural de esa guisa? ¿Que no se nota? Pero si ella no necesita de esos trucajes… O ¿estamos hablando de un boicot al mundo asiático? Qué fuerte. El caso es que servidora ya había tomado una decisión nanosegundos antes de la ingesta de los compuestos de hidroxipyleno: Iglesia, con los Bono-Martos y cena, con la Esteban. Las misas con la gente bien son preciosas. La Confirmación de José Fernando Ortega estuvo bonita-bonita, todo lleno de pamelones y venga Cantar de los cantares pa’rriba y pa’bajo que me ponen a mi los pezones duros sólo de pensarlo. Pero, claro, de “langostinos dos salsas” olvídate, con lo que a mí me gusta un langostino gordo, una buena empanadilla y un chuletón. Menú ideal donde los haya cuando gastronómicamente eres de burro grande ande o no ande. Así que, convite con Belén. Vamos por Dios. Pues me puse mala de acostarme. Y se me empezó a hinchar la tripa porque a mí vomitar me da una fatiga horrorosa y, ante esa situación, la única excusa que se me ocurría era decir que estaba en estado como Eva Samnum, que entre desfile y desfile en Lidl ha conocido un muchachito estupendo en los fiordos y van a secar bacalao porque, a ver qué coño haces en un fiordo. Y tenía los dos estilismos pensados. Evidentemente, dos. No se puede ir a la Iglesia igual que a la celebración, que no se puede enseñar escote. Y me dijo Mum “Ponte un chal”. “En el higo me voy a poner yo un chal. Pero, ¿qué es eso de un chal? Odio el chal. Abajo el chal. Guerra al chal”, contesté yo ofuscadísima ante la mera enunciación del nombre de esa prenda absurda. Si tenía yo miles de propuestas entre las que elegir como que la semana pasada fue una locura en cuanto a bodorrios se refiere… ¿Rollo Laura Ponte versión Inés de la Fresange, con blusa blanca con hombreraza, falda de tubo y sombrerito de picador o rollo Naty Abascal en innumerables estampados sin tener que ver unos con los otros pero ideales todos en su conjunto? Vuelven los 80, eso fue lo único que me quedaba claro… Eso y que, por conexiones mentales sucesivos -Inés de la Fresange-Carolina de Mónaco-Pierre/Andrea/Carlota Cassiraghi-, que estos niños tienen pinta de ir siempre sundado, con los pelitos pegados al casco y unas ojeras que ni Amy chutada como está con el Cif y el Cristasol… Si es que al final, todo vuelve. Quién se lo iba a decir, por ejemplo, a Tita con Manolo Segura

jueves, 26 de junio de 2008

Miembros y miembras del cine


Acabo de concluir que, dado que el cine convencional pasa de mí y visto que tengo una mente para los negocios y un cuerpazo para el pecado, el porno es mi única salida. A ver si Rocco Siffredi me ensarta en una película -de introducir, digo- o el napolitano Mario Salieri, sancto sanctorum, me convierte en su musa y me lleva a Capri. He pensado que, a estas alturas, aprenderme un diálogo profundo, me la pela, y además, que no veo sin gafas de cerca. Total que, en culos y punto. Y, luego, te vas acolgajando por intuición los miembros y miembras de la película y quedas divina. Y relajada. Eso lo he hecho por vicio, así que por obligación, me pinto sola. Necesito un buen plataformón. Porque ¡ojo! lo que les gusta a las actrices porno una plataforma de metacrilato, con purpurinas, lazos y hasta una señora de Murcia bailando una jota en el empeine. Vale que Anastasia Mayo, que mide 0,90, las necesite pero, y ¿todas la demás? ¿Salma de Nora? ¿Claudia Claire? ¿Dunia Montenegro? Un suje, la primera; un tinte, la segunda; y un nuevo peluquero, la tercera, vale, pero, ¿Esos zancos? No. Tuve la oportunidad de fijarme anoche en la entrega de los Premios Ninfa, los galardones más importantes del género en España porque resulta que el Festival Erótico de Barcelona se nos ha trasladado a la capital ¡Viva el centralismo! La cinta The Resolutions, de Roberto Valtueña, fue la gran ganadora con cinco Ninfas y Salma fue Premio a la Mejor Actriz, Dunia lo fue de reparto, Anastasia, lo obtuvo por aclamación del público... Pero, ya sabéis que, a mí, los premios, ni fu ni fa. Aparte, que el galadón era un confrecito con un preservativo. Y una cosa debo decir: los cofrecitos van o con un anillo con un diamante del tamaño de un garbanzo o con un anillo vibrador con un diamante del tamaño de un garbanzo. Osea, que el diamante, fijo. Para látex, ya tengo la redecilla de los rulos. El caso es que si por algo me caracterizo es por mi interés por las cosas supérfluas, véanse las lacas, los nylons, los cardados, las cejas depiladas, los meñiques prietos, el font du teint espeso, las pelotillas de rimmel.. Pues, anoche, todo eso, me importaba un pimiento. Es cierto que no se me pasó por alto que Rocco moldea con excesiva delectación su tupé principios de los 90 style. Tiene que tener la muñeca de un grosor mayor que el resto de mortales, claro, de tanto manejar el cepillo de rulo. De hecho, es muy rollo look Santa Bárbara. A Tony Rivas también le hacía más alto, como la cámara siempre lo coge con un contrapicado, todo le sale, ¿cómo decirlo? ¿Más largo? A Max Cortés también es más fácil saltarlo que rodearlo, esos hombros deben aparecer en el libro Guinness. Y Nacho Vidal se ha teñido de platino y parece más el replicante de Blade Runner, rollo asexuado, que la mayor estrella del cine X patrio... Aún así, servidora estaba con la cabeza en otra parte, ni el cocktail de mariscos con salsa rosa me hizo desviar la mirada. No podía apartar la pestaña de un determinado sitio de la anatomía masculina... Y ¿la cartera no se llevaba en el bolsillo de atrás?

martes, 24 de junio de 2008

Diez años de cine con Cayetana


¿Tú te crees? Que una celebre una fiesta alucinante, con estilazo total. Que una se enfunde un Amaya Arzuaga absolutamente maravilloso, en plumas y azabaches, con una melena rubia y un flequillazo de morir, y que, luego,l se te presenten las invitadas con un vaquerito y una camiseta underwear, como la que se acaba de pasar por Bershka y comprarse unas orquillas, ¿Hay derecho? No lo hay y a mi Cayetana Guillén Cuervo, que somos tan íntimas como Candice Bergen y Jacqueline Bisset en “Ricas y famosas”, anoche, eso, se lo hicieron. Porque no quise encizañar y porque sé que Caye encargó un catering para poder arreglarse tranquila aunque ella te hace unos canapés que ni Ferrán Adriá, pero estuve en un tris de pegarles un grito a Belén Rueda y a Paz Vega por presentarse así, sin una triste lentejuela. Pero, ¿qué es eso? Vale que el X Aniversario de Versión Española se celebraba en el Matadero que, así, dicho, suena a “matadero” y no a Ritz o a Palace, pero ¿estas niñas no ven “Sexo en Nueva York”? ¿No saben que es lo más de lo más celebrar una hiper party en un lugar rollo muelle, fábrica o palé prefabricado? No, ellas no. Ellas ven “El Lute camina o revienta” y no se enteran. Tampoco las culpo, hay que fomentar el cine español. Thanks God que tuvieron el detalle de llevar sendos minibolsos Chanel que son muy tendencia. Esos cabellos, la una por raídos y la otra por melenita redonda, en cambio, no. Alaska fue otra cosa. De negro, sí, nada destacable, pero con un bolsazo Vuitton dorado y acolchado que eso era gloria bendita. Y lo mismo digo del cuerpazo de Miguel Ángel Silvestre. Cierto que no entiendo esa manía suya por el punto transparente, pero el Duque más que Duque es el Emperador del abdominal. Como Javier Cámara aunque en otro sentido. No obstante, le prefiero a toda esa retahíla de chavalitos de serie televisiva de mirada turbia y labio jugoso. Desde Martín Rivas a William Miller pasando por Iker Lastra o Pablo Rivero. Todos miran a cámara como si tuvieran mixomatosis, como conejos. Oscar Jaenada, en cambio, tiene aspecto de raposa. Y Ana Fernandez, de que se va durmiendo, entre gasas y guipures. Neus Asensi podría hacerlo encima de sus plataformas incombinables con cualquier cosa... Y Beatriz Rico, que a esta chica le pasa algo, también en sus salones tres tallas mayores a la suya. Aunque para talla magistral, la de la Terremoto de Alcorcón. Única y maravillosa.

lunes, 23 de junio de 2008

Adamo y el calcio


Servidora, pudiendo elegir, se hubiera decantado por Gianni Morandi, Sergio Endrigo, Gino Paoli, Tony Renis o, incluso, por Adriano Celentano, tan feo... Pero, caris, Mummy es de Adamo, cómo si su cintura fuera abarcable tan solo por un par de manos... Pero no, ella no. Ella, fans a muerte. Y cuando se pone farruca, mejor, ni toserla porque ayer mismo le dije que me gustaba más “L’amore, un attimo”, de Massimo Ranieri en vez de “Un mechón de cabellos”, de Adamo y, de los propios nervios, se escurrió mientras echaba unas chirlas a la paella, y se quemó el morro con la vitro. Parece Marge Simpson. Total, que anoche, a las 21:30 horas, las primeritas en la puerta del Palacio de Congresos donde el cantante ofrecía un concierto dentro de su gira por España. Yo ya le dije, taimada e, incluso miedosa, a Mum: “Madre, a quién se le ocurre venir aquí a aplaudir a un italiano con la que está cayendo en Colón. Mummy que nos van a abrear como nos pillen cuatro hinchas de Luis Aragonés”. Y ella contestó: “Pero si Adamo es belga. No cuenta”. Y sí. Pude observar que ese traje y esa camisa violeta jamás la habría llevado un italiano de pro. Y es que son tanto años comiendo coles de bruselas que al final a uno se le va la cabeza... Por cierto, perfectamente peinada. Porque otra cosa no, pero Adamo es como un pincel. Con un traje negro de caida babosa, rollo crepe de seda, que eso no es de recibo, pero estupendo. Y mantiene la misma voz aterciopelada, ese mismo carraspeo meloso que volvía locas a las niñas bien de los 60. Ahora, somos señoras bien. Entre luces azules, violetas y rosas, el cantante hizo un recorrido por sus éxitos de entonces, “Tu nombre”, por ejemplo, con el que abrió el recital, o “Porque yo quiero”, y de ahora como “Au café du temps perdu” de su último disco “La part del’ange”. Nosotras, las groopies, qué contaros... Cuando tocaba corear sus temas, nos daba la timidez y coloraditas como tomates parecíamos oblatas, susurrando, pero luego se nos soltaba la lengua y ahí estábamos gritando “guapo” y “viva la madre que te parió” y levantándonos para darles cartitas perfumadas, y ramitos de flores. Fuerte. Eso, hoy, una quinceañera a Pete Doherty no se lo hace. Le da un jabón lagarto. Y Adamo, mientras, cada dos minutos mirando los resultados España-Italia. Hasta se descuidó conla letra de una canción... Si es que, al final, mucho mohín sensiblero, y por el fútbol, los domingos, nos abandonan, como cantaba Rita Pavone... Hombres, son todos iguales.

El loro azul


“Heidi está embarazada de penalti y su abuelo no tiene ni put… idea”. Estas fueron las primeras declaraciones de Andrés Pajares al salir del psiquiátrico. Igual va a seguir necesitando un poquito de litio mezclado con la margarina del desayuno. Vamos digo yo. Me da que no separa realidad de ficción cuando todas sabemos que mucha oveja Dolly y mucho Esensis con Ana Rosa Quintana que se toma por dentro y reavitaliza por fuera y ya no le queda ni una peca, pero una buena menopausia no te la quita ni Perry. Heidi tiene el climaterio como un cubito de hielo y su abuelo y pichi hace tiempo que se venden en bolsas de composite para el jardín. No me digáis que esta exposición de motivos no es clara. Pues mummy, no se entera. Las dos escuchamos al protagonista de Los Bingueros, con sus nasofaciales rellenas con aguaplax y su tinte caoba, que ese pelito ya no pelito si no nylon, y ella, se levanta, monta su pollo con unos ojos de loca perfilados por dentro que da pánico, pega cuatro gritos en el baño y tiene a todas las vecinas de su parte. La llaman “el loro azul”, por sus años de cacatúa y su camisón de franela en marengo. Es como Virginia OT pero en flamenca. No puedo con ella. Que la echen por pesada y por intensa. Se podría estar ganando unas perrillas como Esther, en Interviú, destetada viva. Yo, os lo prometo, estoy a puntito de poner a mum con los piecitos en la calle y eso que recibo llamadas y mensaje en casa de apoyo pero yo me paso sus sms por el perineo. Como Tita Cervera a Blanquita Cuesta. Que lo que le está haciendo Tita es luz de gas porque si no, no se entiende este amor filial retrouvé. Como servidora tampoco entiende las inscripciones en los zapatitos de terciopelo de Briatore en su boda, que ves las imágenes de Santo Spirito in Sascia y las comparas con La Almudena y dan unas ganas terribles de pegar de collejas a Kiko Argüello. Por cierto, monísimos los mocasines. Los venden en España ‘los niños de la Naty’ que son como dos madelman, con color de madelman, cabello de madelman y una ropa de quedarte muerta. Pero ¿y lo de “FE, FE” en los empeines? ¿Era un mensaje a Fernando Fernandez Tapias rollo la película Espérame en el cielo? Por cierto, ¿qué le regalaría la familia Aznar-Botella? Cuatro en una boda es una pasta. O un negocio. Y Ana hizo muy requetebién, que pague el italiano que hay que ahorrar para 2016. A ver, cuatro en una casa a comer diariamente te dejan el monedero pelado con el precio que tienen las nectarinas. No levantas cabeza. Y menos aún si tienes la de Pierre Casiraghi. Estos chiquitos, él y su hermano, no sé si será por los Ducados que se aprietan entre pechito y espalda o porque están todo el santo día como Sue Ellen y se les pasa el hambre, que no tienen nada más que cabeza. Qué gusto. Ojalá fuera yo como un chupachus. O como Amy Winehouse que ni chichas tiene. Bueno, por no tener, no tiene ni dientes. Se le caen. Al menos, el pelo lo cría gordo y sano y no como otras, como Naomi Campbell que, con tanto golpe de cepillo, parece Juan Tamarit, con el cabello fosco y en la parte trasero.

lunes, 16 de junio de 2008

En crisis y a dieta



Caprabo: no hay pepinos. Aperitivos El Rincón: ni rastro de gomis. Mantequerías Bravo: una mísera rosquilla de anís que se va a comer Rita. El Corte inglés: YSL de luto y ni un smoking pour femme colgando de las burras. Dios mío, parece que vivimos en Cracovia cuando Lech Walessa aún era barbilampiño. ¡A mí el capitalismo! ¡Mi trono por un pack de 10 de donuts blanditos! La crisis y el transportismo me están quitando la vida. Isabel Pantoja creo que hace gato a La Cantora de cómo tiene el monedero de raido. Y mum y yo estamos en las mismas. Vivimos como los domésticos de Ana García Obregón, amedrentadas, durmiendo en jergones y alimentándonos de pan mojado en agua, como pollos –que el femenino de pollo es malsonante-. Como en Guantánamo, pero en La Moraleja. Y lo entiendo, a ver, no sea que se le escapen y vayan por ahí contando que sus extensiones no son de queratina líquida si no de superglue 3. Una ya no puede estar segura con el servicio y más, cuando pertenece al crimen organizado. No obstante, no dudo por la salud de su servicio. Anita, como científica que es y bióloga, que hasta sale en Hospital Central, les habrá hecho un estudio metabólico para ver cuanto tiempo resisten en estado de shock ana-filáctico, nunca mejor dicho. A mí el hambre, otra cosa no, pero me pone unos ojos hermosísimos. No tanto como los de Naty Abascal, que tiene rictus de vivir de sorpresa en sorpresa que no sé ni cómo no termina mala. Eso sí, estupenda, un rato largo. Como mi íntima Elvira con sus vaqueros de marcaza aunque haya quien prefiera el pantalón de pinzas en lycra brillante negra e ignífica. Y hablando de estupendismos y sorpresas, los peep toe de Doña Letizia, en fucsia y en Barcelona. Estoy contenta sí, porque servidora no apostaba ya nada. Veía en la Princesa de Asturias a la digna sucesora de Fabiola de Bélgica, 50 años con el mismo peinado. Práctico, eso sí, en la esponjosidad de su cabellera guarda el edredón y la batería de cocina, pero ¡ojo¡ peinado cansino. Pues Letizia igual pero con los tonos tierra y la trajes de chaqueta sin solapa y sin gracia. Vale que servidora es barroca aunque no llega al punto de Elsa Pataky, ya sabéis, en bici, con chaleco de visón, botín gris rata, frente atravesada por una trenza, minishort ¡Esa vida es un complemento innecesario cuando no, una portada en Elle y en culos! Elsita, cari, ten un término medio que la cabeza se te pierde. Aunque, os voy a decir una cosa, caris, a veces las cosas no se pierden, se roban. “¿Cómo os habéis quedado? Muertas”, adoro a Ángel Llácer, le debía este homenaje. Resulta que me han contado que Pedro Mari Sánchez va por ahí, extranjeros incluso, con un espectáculo y unas partituras “prestadas” de “La Filotea” de Calderón aún sin publicar por sus verdaderos dueños. Fuerte, eh? Sobre todo cuando este chiquito la última vez que lo ví fue en Rocío de La Mancha con Rocío Dúrcal y era como un niño araña: cabeza y piernas, también llamadas “miembras” según la Ministra Aído, consumida mentalmente. A mí fliparía estarlo en el ámbito corporal. No delgada, consumida. Por cierto, cómo se ha quedado Maxim Huerta de espléndido. Necesito su dietista! Maxim I need him!

En los toros con José Tomás. Carreras muy reales y cardados muy imposibles.


Que se cogió un globo. La Infanta Elena. Un globo como un dirigible. Cabreada como un mico. Claro, ella, empeñada en ir corriendo melena al viento con su chaquetita entallada a rayas y su prima María Zurita del bracero casi caída, en volandas, perdiendo el equilibrio, no fuera que Ali Agka o cualquier otro magnicida la tuviera en su mira telescópica, y la gente, la muchedumbre, la prensa con sus flashes y objetivos, entorpeciendo su paso. La propia Esperanza Aguirre, en medio, como el jueves, con Victoriano Valencia. Ni sé ni cómo la pobre Presidenta, repitiendo salones de pitón, y con cazadora de napa en hueso, le hizo la genuflexión, ¡si Doña Elena iba volada! Y, claro, se le puso el morrillo tieso. Normal. Que a José Tomás no se le puede hacer esperar. Como es así de suyo, es capaz de tirarte la montera al entrecejo si te ve tosiendo en medio de un natural o una chicuelina. Imagínate si eres la Infanta, que pasar pasar, no pasas desapercibida, entrando tarde... Tomás se va a ella muleta en mano. Y si por eso del protocolo, le toca pagar a Maria Zurita con lo mona que se ha puesto ultimamente, a hacer puñetas sus euritos invertidos en cirugías varias. No hay derecho. No lo hay. Y hablando de euros, hasta 4.000 estuvieron pagando unos japoneses en la reventa. Tanto transistor, tanta calculadora y luego, no se enteran ni del NO-DO. Era una familia, como la de los Camino. Familia que va a los toros unida, permanece unida, pensé. La verdad es que cada uno fue por su lado. Marián con her mummy dear y, los niños, con sus respectivas. Rafi, que me juran y perjuran que fue torero pero servidora apuesta por jugador de sumo porque esos kilos no se ganan en un día, y Paco, que nunca vió tanta cámara a su alrededor y necesita unos polvos de sol. No como su cuñada, que esa mecha y ese color ya lo lucía Marta Chávarri en el 87 y, ya, entonces, era tope out. Eso sí, calor, no pasó ni gota. Lucía bracitos y escote con una camiseta de tirantes rollo camionero. No quiero ni imaginarme cómo llevaría José Bono la camisa debajo de ese traje en lana fría negro... Como otro camionero, evidentemente. Palomo Linares, como Sáenz de Buruaga, sudandito que iban y Carmen Lomana, con un vestido joya en gasa y cuello halfter bordado en azabaches -cómo es la Lomana de estupensa- temiendo por su cardado, como Luis de Grandes. Adoro esa melena cana con el largo justo. Pues yo tengo la solución: perspirex, caris, perspirex. A mí me ha cambiado la vida. Pero claro, si se es naturalista, o sea, que una pasa de depilarse, puedo entender que se prefieran los tejidos naturales, que transpiran, en colores piedra o tierra, es decir, una cosa tonta arrugada y con aspecto de lavarse de vez en cuando. Sánchez Dragó es de ese estilo, como es intelectual... Y Joaquín Sabina, también, qué pereza. Ramón Calderón lo mejora. Su lino es ad lib y blanco impoluto. Ahora bien, lo que servidora es incapaz de comprender es esta imagen: Jaime Ostos, con gafas de rapero naranjas, agarrado por los hombros con Kike Sarasola, en tejidos strech, como si fueran a cantar Asturias patria querida. ¿Alguien podría explicarme este expediente X?

martes, 10 de junio de 2008

Maternidades a mí...


No tengo instinto maternal. Ni lo quiero. Con el de caza de modelazos en Zara me doy más que satisfecha que, luego, te abandonas a la llamada de la naturaleza y, aparte de que se te riza el cabello a la hora de hacer el bebé, puedes tener la suerte de que te salga una niña como Julita Janeiro, con cara de cabreo permanente. Por cierto, no sé si es cabreo o que tiene la ceja y el morrillo poblado. O que hace declaraciones de la renta y está todo el santo día fiscalizando. Para mí, que las delegaciones de Hacienda producen hirsutismo. Menos mal que su madre, Maria José, la que otrora llevaba bikinis con aro, dijo ‘Nunca enseñaré a mi niña como una mona de feria’. No sé si como mona, pero como registrador de la propiedad sí que la ha enseñado. Si es que no se puede escupir pa’rriba, que te cae en to’l rimmel. Maddox también es de cejas espesas. “Angelina, reina, que, con ese material, te da para hacerte un manguito para el invierno”. Pero no me escucha. Creo que ni se preocupa por el niño. Ya ha comentado la nanny por televisión, que ojo qué peligro el mundo del doméstico, que está salvaje, que bebe Fanta y les deja el parquet sin lustre. Segurito iba yo a aguantar algo así. Antes, llamo a los Miami y pego una chufa a Jaime Cantizano, aunque no tenga responsabilidad ninguna. Ana García Obregón, en cambio, parece ser que siempre lo considera. Que sube la palometa. La culpa la tiene Jaime Cantizano. Que las rodillas y los codos los tiene sequitos. La culpa la tiene Jaime Cantizano. Que van a lapidar a los representantes de Azerbaiyán en Eurovisión porque dejaron las cabras solas y se pulieron el PIB del país en colorete, máscara de pestañas y eye liner. La culpa la tiene Jaime Cantizano. Y claro, que el niño, con esa papada, enseña el culo y lo ponen en la tele, lo mínimo es bombardear el domicilio del presentador. Y, mientras, la reina en burro, con su joyero en la pechera y el móvil, por los caminos de Grecia. Fuerte. ¿Qué qué tiene que ver esto con mi exposición de motivos? Nada, pero la vida es así, siempre sucede algo inesperado. Y más inesperado que la boda de Paris con Benji Madden, nada. Ya le dije: “Paris, nena, que no le conoces de nada”. Pero, ella, que tiene más vicio que una garrota, me contestó que con él ha descubierto su cuerpo y que utiliza el espejo de la sombra de ojos para escrutarse precisamente lo que no es el párpado. Sólo nos falta que se quede embarazada… Pues no le vendría mal que, luego, ese hijo, le pusiera las peras al cuarto. Rollo sacándole las perras con bolsitos mini de Louis Vuitton como Victoria Federica o como Alvarito de Marichalar, su tío, que, el otro día, en un concierto de los siempre fabulosos Músicos de su Alteza, dio una brasa a su madre, que hubo que llamarle la atención. Por eso, y por su color caoba capilar. La marquesa de Ripalda terminó aburridita como un bígaro. Digo yo que le pediría suelto del monedero… Como Tamara a Isabel Preysler, que el apartamento en París le está dejando boquerona. Tammy, cari, una opción es enseñar en pecho la Avenida de Sebastopol. Nada de gratis como Alaska, el ecologismo está bien pero ya tendrás tiempo de donar una bolsita de brezo y otra de mantillo, n’est-ce pas?

Chicas, llego a la red


Ay, chicas, tengo una ilusión. Pero una ilusión que no os hacéis ni idea. Y no, no soy una doble, soy yo Ana, vuestra Ana que, por una vez, está feliz como una perdiz. No es que Ana García Obregón haya decidido por fin cubrirse las rodillas, que esas rodillas son un atentado. Ni tampoco que María José Campanario haya descubierto que existen bikinis sin aro y que hay algo más que el verde menta. O que Andreíta haya perdido sus derechos infantiles y ya la puedan sacar en las revistas sin desfigurarle el rostro (ejem). O que Isabel Pantoja se libre de la cárcel (ejem, ejem). Es algo mucho mejor que alquilar el vientre y sacarte unas perras, especialmente si alquilas el vientre a un niño con la carita de Borja Thyssen, porque digo yo, que se darán un aire. Como digo, es una divinidad lo que me va a pasar en breve. Y a vosotras también. Nos va a cambiar, nos va a abrir los chakras y, sobre todo, nos va crear un nexo de unión, un vínculo como el de Platón y sus acólitos. Yo seré Platona y vosotras las Melonas. Sí. Estoy entrando en la red. Soy una cibernauta, una naveganta que os va a aportar todo lo que necesitáis saber para tener una way of life casi tan interesante como la mía. Algo así como un libro de esos que venden en el VIPs a1,95 y aportan tanto a la mentalidad de una y enseñan a adelgazar 27 kilos en 5 días, a hacerte en nudo de la corbata de 28 maneras diferentes, plantar un jardín zen en una palangana o convertirte en Florence Griffith sin hormonarte como los pollos en el nuevo siglo pasando de celulosa. Y no porque nos importe algo el Amazonas y su flora y fauna, sino porque, somos modernas.Por fin alguien se ha dado cuenta de lo que soy capaz de hacer. Que puedo contara al mundo todo lo que me flipa y todo lo que me repugna como una gran líder opinión y que eso, mi ser más íntimo, esté al alcance de todos en la selección Intelectos del Carrefour.Voy a ser una líder opinión pero de las que escriben libros como Carmen Alcayde, Carla Royo Villanova, Simone de Beavoir o Indira Gandhi. Pero, debo confesaros que, a veces, me aterra. ¿Perderé mis encantos y mi feminidad por desarrollar mi inteligencia? ¿tantas horas frente a un PC me acarrerará males como tener pelos en las orejas o me dejará las pestañas sin vida como con el bulbo piloso raquítico? Resumiendo, ¿podré compaginar inteligencia, fama y belleza? Yo ya he dicho a mi personal informatic que me da igual ser conocida en Internet si eso me supone convertirme en un monstruo cuellicorto (punto 1) y (punto 2) yo quiero ser famosa y si ser lista me resta puntos en este tema, quiero escribir un libro como si fuera Carmen Russo. Ya me dijo mi hacedor de blogs: "Carmen Russo es más lista que el hambre y mira a Ana García Obregón, bióloga, productora y famosa". Tiene más razón que un santo mi assitant, me dije, pero está claro que las tres cosas (belleza, inteligencia y fama) al mismo tiempo genera combinaciones explosivas por no decir raritas de cojones, aparte de que el liderazgo, las ascensiones a la fama producen caídas igual de rápidas y bonitas. O si no que se lo pregunten a Boy George, que a mí en Culture Club me ponía taquicárdica y hoy, si te lo encuentras en Nueva York, barre las pipas que hay debajo de los bancos de Central Park, con melenita cuadrada y fóster verde en el párpado. No somos nadie. Y cuando eres socialmente activa y de reconocido prestigio, menos.