lunes, 26 de enero de 2009

Calling to Obregon


Ana!!!! Darling, que es que estaba haciéndome las uñas, que tengo la cutícula fatal, peor inclusive que Amy Winehouse royéndose el esmalte ante su inminente divorcio y, en esas, que me he acordado. “Uhhhh, pero que se me ha olvidado telefonear a Ana, Anita, Anuski, por su mononucleosis”, me he dicho. Hija, pues que friego con lejía. Sí. Conejo. Soy como Boy George, otra vez condenado a ejercer de servicios de limpieza. Sí. Que él es más rata que conejo. Ay, nena, qué gracejo tienes aquejada de un virus de transmisión bucal como estás. Si es que no hay nada como ser creativa to’l santo día. Venga crear, venga crear… Una juerga tu vida interior como la exterior de Angelines Deyn siempre con esa carita de tonta en todas sus promociones… Bueno, y ¿qué tal estás, bonita? Pachuchilla. Vaya… ¿Y con esa actividad que Dios te dio no estás más aburrida que una oveja? ¿Algo así como Elizabeth Reyes que, ya puede haber ganado el euromillón, quedarse calva o tener a Fran Rivera bajo sus sábanas que siempre parece que se está durmiendo? Sí. Eso dicen. Hay diferencia de edad entre ellos pero es que Rivera responde perfectamente a aquel refrán de Castilla, que vaca pequeña que siempre parece novilla… ¿Blanca? Sola y con esos apellidos que le pesan más que sus caderas. Que ya es. Pues lo que te decía, que si no te aburres. Ahhhh. Espera que se lo transmito a mi esteticienne que está en un Ay por tu ausencia en Mira quien baila y el tinte de Ortega Cano: Que no se aburre. Que se acuesta. Que se levanta. Que come. Unos gallos. Que echa su partidita-dominó. Y sus sopas de letras. Me parece un día superbienllevado, cari, qué quieres que te diga, mientras no termines como Camila, la niña de Estephanie que está como un morconcillo, me parece ideal. Es que, tanto circo tanto circo, elefantes y focas, y Estephanie se ha vuelto loca con las alimentaciones y con los 80. Sigue fotografiándose igual que cuando visitó a Pedro Ruiz en TVE. Yo, en cambio, no es por darte en los morros, que eso lo haría con Elena Tablada. No te puedes ni imaginar qué jeta física y conceptual. Que si es fina y segura, que si David fue internauta antes que fraile pero que con los hackers no hay quién pare, que su headmaster también utiliza tenacillas para el cabello, y que su gorra de patchwork es para momentos estelares. Lo mío esta semana, te juro, ha sido el teatro. First, Tony Manero, chulazo explosivo y carburante. Potabilísimo, tanto como tu Darek pero, le llega a caer una cerilla sobre tanto poliéster y, explosión al canto, como su Paloma Uribarri con otro whopper. Perdona, cari, no quería recordarte tus dramas. Verás cómo metiéndome con Lara Dibildos y Carla Duval se te pasa la moñez. Me las encontré en el estreno de “Llama un inspector”. Qué pómulos, ni Madonna inyectándose en casa con la pistola de silicona selladora. Lara, se los tuvo que retocar por la lluvia que, en su cabello fue como ácida. Reacción evidente al unir un ácido con una base del tipo H2O2, o sea, agua oxigenada. Pero, lo de Carla resistiría dos monzones, un tifón y hasta una serenata de María Dolores Pradera que, aún sigue con la flor de la canela en danza y le premian con un Grammy Latino por su perseverancia y su pasador con grapa para el pelo. Por favor, que alguien le dé un bote de condimento alimentario ya! Estás conmigo, ¿no? Lo sabía. Otra que se desdice. ¿De verdad Ana que me lo vas a negar? ¿También me negarás entonces que Belén Rueda tenía el cabello pobre cuando era azafata y ahora, que es estrella, parece Tippy Hedren, rubia y con volumen? En la première de Noviembre talmente Clara Bow, muda. Pero con cejas. El que se las ha depilado es Fernando Tejero. Para dar profundidad a la expresión, digo yo, en cambio, él ahora habla. Como la Verbeke al tiempo que pierde cinturilla. Las oscilaciones del éxito que dan verborrea tal y como te la quitan. Qué cosas. Paranormal, que se dice.

miércoles, 21 de enero de 2009

La resurrección de Tony Manero


Ay, cari, podría contarte tantas y tantas cosas, dar rodeos, definirte, explicarte, utilizar hasta 3500 caracteres, porque sí, porque una siempre ha sido de número redondos, pero nena, ¿pa’ qué? ¿Pa’ qué? Con lo fácil que es decírtelo, así, de pronto, a la cara, sin ambajes, ambigüedades o vaguedades. O sea, claramente, porque al pan pan y al vino vino, porque soy llana y sencilla, abierta, de buena pasta pero, de manos frías y corazón caliente y lo mismo me da ocho que ochenta, eso sí, como te pongas chunga, ya puedes ir corriendo por donde no haya cantos. Que lo que te decía, que no estoy para perder el tiempo, que el tiempo es oro y el oro una divinidad. Así que niña, ahí va, que lo estás esperando y yo no soy de hacerme rogar, si bien, sí de las de hacerse de querer porque la fuerza es el cariño y el cariño un signo de amor y el amor todo lo puede, si hasta mueve el mundo, fíjate. Y ya lo decía aquella canción italiana “Gira il mondo gira” y Marisol, que estaba a por uvas, cantaba en cambio que la vida es una tómbola. Tómbola de color, ya ves tú, torbellino de colores la voz de Rocío Jurado, ay la muchacha, que en gloria esté. Por cierto, qué ricos los bollitos Gloria. Aunque, para rico, pero rico-rico Tony Manero, pibón. Pibón de pibe, como dicen en Argentina, que él lo es, moreno de Torres si los hubiera o hubiese y pibón de que está de toma pan y moja, incluso, de toma la bolsa de bimbo y requetemoja. Se llama Juan Pablo De Paci y esa es su verdad. Mi única verdad. Mi paz en la tierra y la guerra en mi cuerpo. ¡Que me tiene loca! Lo conocí anoche cuando vino al mundo. Al mundo del espectáculo español se entiende, que él ya tiene sus muy bien puesta primaveras en un muy buen puesto trasero y en un pomulazo, que ya lo quisiera Bo Derek, Linda Evans o, incluso el marido de ambas, que menuda perra tenía el tío con las caritas angulosas. De Pacis se parece más a aquel John, el Derek, el Joshue de Los Diez Mandamientos que al John, el Travolta del pelo peinado a golpe de secador y cepillo de rulo de entonces o de melena rala de ahora. Viene vía West End londinense y el muchacho canta, baila y se pone laca. Una laca buenísima por cierto. Ni un pelo se le movió mientras nos deleitó con el Night fever de los Bee Gees, mucho más sensual que Barry Gib que era como un corneja con pelos de rata. Y estaba súperelegantoso, que ya es difícil, embutido en su mítico dos piezas blanco y su camisa negra de pinzas, aunque con esos mismos tejidos se cosieran también los legendarios chandales donde entonce sy ahora se enganchaban los padrastros. Aún así, en la pista de Joy Slava lucía regio. Bueno, bueno, bueno. Reviví Aplauso. La juventud baila con Fradejas. Por un momento, creí que iba a salir Silvia Tortosa con su pelo fosco recogido con orquideas, antes de que le diera por alisarse el morro y perder la pinza con un peluche en forma de conejo, muy poco naturalista, además, ¿dónde se ha visto un conejo rosa? Ni Tambor el de Bambi que era de traca... O que iban a dar paso a Iñigo y su bigote plucuamperfecto disponiéndose a doblar cucharillas de café con Uri Geller volviendo a destrozar los ajuares de medio Israel, que de aquellas pajas, estos lodos y ¡viva mi análisis geopolítico! Vamos que fue una fiesta, una orgía de polyester, plataformas y bolas plateadas multifacetas que el próximo día 20 de febrero subirá al escenario del Teatro Coliseum en forma de musical. La lástima es que también presentaron a Stephanie, Stephanie Mangano (Beatriz Ross) por la que Tony deja Brooklyn y se pone a vender pizzas para poder bailar en aquella secuela terrible titulada Staying Alive, de Stallone. Pero eso ya, es otra película. De calentadores.

Tenía una granja en África y un moño peruano


Comunicando. Día y noche, comunicando. Pegadita al móvil que está. Tenía mono. Elsa, que no hay forma de hablar con ella. Que se fue a África a poner una granja como Meryl Streep o algo así y ha terminado mala. De mirar a la lontananza y de comer ñame. Menos mal que había un fotógrafo de Hola! por allí y un Sephora tal y como cruzada la Avenida de los Poblados y pudo comprarse una gama amplísima de maquillaje extraterroso, dorado y fresquilla. El maletín Pupa, me imagino. Y gracias a eso ha sobrevivido. Y ahora, cuenta su experiencia. Durísima. Durísima. Yo extraigo por ejemplo cosas tan heavies como que el color mostaza es el nuevo negro. Entre líneas, claro. Y, de ahí, pa’rriba. O sea, enriquecedor pero doloroso. Ni más ni menos, el taparrabos de ante y la trenza gorda, espesa y lateral, y te hablo en primera persona, me habría vuelto loca. Qué fuerte, tía, es ser actriz e intelectualmente comprometida. Y más, cuando tienes una suegra que es muy de Soho y muy de soja. En todo echa soja. Fotografías de soja, tofu de soja... Todo de soja. Cualquiera, en su piel, muy Bo Derek por cierto, porque Pataky también lleva k y pómulos de silicona, no lo aguanta. Techi, por ejemplo. Ella se caga en la madre que parió a Paquirrín. A sazón, Isabel Pantoja. En sentido figurado y literal incluso porque tiene pinta de tomar mucho Manasul. Resulta que le ha pedido a la muchacha el importe de unos billetes de avión. En bussines. 5000 euros. Que una cosa es que te inviten de vacaciones y otra muy distinta es que te las paguen. Vamos hombre! Están las cosas cómo para regalarlas... En breve, Chabelita va a necesitar una silkepil y el pequeño electrodoméstico, con placas de porcelana, cuesta una pasta. Total, que han partido peras... Y digo yo, en esa casa, con tanto exceso capilar, se podían ganar una buenas perras. Con el entrecejo de Francisco que, dicen, ahora peina Yola Berrocal, cosa que no me creo porque, con ese pecho (ella) y esa tripa (él) la aproximación debe ser complicadísima, Raquel González se podría haber tejido el moño que lució en los Premios Forqué y no que, así, debió dejar calva a media Perú. Como Rociíto años ha. Cuando se lo comenté a la Miss, menuda mirada de hurón que me puso, como Mila Ximénez despellejando a Oti, que menudo cuello caido tiene, y hablando de la caries de Manolo Santana. Un rictus entre ‘con tanto botox, no se me mueve ni el cuajo’ y ‘tengo más mala leche que un tártaro’. ¿O la que puso esa jeta fue Goya Toledo? Es que la pisé. Hija, sí. Nada más llegar. La pisé. Con su Armani cocktail pero con el piecito como una uva. Mira si podría haber agredido a Lola Marceli con su H&M pero, no, me cayó más simpática y mi subconsciente prefirió arrojarme sobre el empeine de Goyita. Ahora que lo pienso, me lo debería agredecer porque su carita parecía talmente sacada de un filme introspectivo de cine español, con conflictos pequeñoburgueses rollo “No siento nada cuando me penetra. Me siento vacía y veo en su mirada insatisfecha cómo muere en silencio nuestra relación. Por cierto, las pechuguitas empanadas se me han quedado secas” cuando el público es más de las declaraciones de Nuria Bermúdez tipo “Me paso yo Turquía, el fútbol y Dani Güiza por el mismísimo ....”. Así de claro te lo digo. Y esa incultura nos afecta a todas. La reinvención del smoking que hizo Carme Chachón en la Pascua Militar es comparable a la de Marlene Dietrich en Morocco. Pues, no se advierte porque no se lee el Yo Dona. Si hasta Doña Letizia trirripite traje. Ay, ay y ay. Qué pereza de discreción. Y de trajes color hueso de línea arquitectónica. No digo que Elena Tablada y su morro como uno más de sus 1458 complmentos sea una opción pero, si cada vez que nos vistiéramos, tomáramos antes una copita de Ron Barceló, todo sería mucho más diver. Yo, Vinilia total.

viernes, 9 de enero de 2009

Carla, moi y nuestros belfos


Querida, te he sido infiel. No es algo de lo que esté orgullosa pero, siempre he sido débil con las esteticiennes… Sé que no quieres escucharlo, que me castigas con el secador extradry de tu indiferencia, como Techi castiga a Paquirrín harta ya de que Yola Berrocal le peinara el entrecejo y éste se resguardara del frío de estos patios a la sombra de semejantes tetas, pero es que tengo una excusa, una excusa de fuerza mayor. Carla (Bruni), reina de los franceses, requería de mis cuitas. Me envió un burofax porque ella es así oficialista, centralista y regia y cari, no podía negarme. “Annetta STOP Ho bisogno di te STOP Te quiero aquí en el Elyseo a la voz de ya STOP Co-jo-nes”. Expeditiva, sí, pero era una mujer desesperada la que hablaba. Y, cari, no sería yo, mujer de braga y combinación, la que iniciara una nueva revolución como una desarrapada sans culotte. Total que, quedamos en Alexandre Coiffeur, en la rue Vivienne. Esa es mi culpa. Fustígame si quieres, pero debía estar con ella, es mi amiga y necesitaba que le cogiera la mano. Hay momentos en la vida en que una mujer no puede sola: Debía alisarse el flequillo. Y el labio superior. Pero además, estaba nerviosita perdida. Con mirada de hurón, como Mila Ximénez despellejando a Oti, que menudo cuello caido tiene, y hablando de la caries de Manolo Santana. Un rictus entre ‘con tanto botox, no se me mueve ni el cuajo’ y ‘tengo más mala leche que un tártaro’. Me lo confesó todo. Sarko le come fatal. Le come fatal. Ya no le gustan ni sus spaghetti ni su pesto ni las pizzas que elabora en bailarinas acolchadas de Dior y se ha ido a comer corderito kosher a Israel. Con patatitas. La verdad es que no me quedé bien con la copla del motivo de su huida. Me puse en off. Me recordaba a una película de esas, de Tavernier o de Renoir, con conflictos pequeñoburgueses rollo “No siento nada cuando me penetra. Me siento vacía y veo en su mirada insatisfecha cómo muere en silencio nuestra relación. Por cierto, las pechuguitas empanadas se me han quedado secas” cuando una es más de las declaraciones de Nuria Bermúdez: “Me cagüen to, en Turquía y en la madre que parió a Dani Güiza”. Además, todos los conflictos amorosos y/o políticos me resultan iguales ¿o es que la cena de Nochevieja en la casa de los Janeyro no fue un alto el fuego más en el eterno conflicto árabe israelí? Total, que vive en un grito. El pueblo, encima, que siempre es pesadísimo y se echa a la calle por menos de nada porque en sus pisos de 20 metros cuadrados no hay quién pare, se le ha puesto de manillas. Que son propalestinos, dicen. Pero vamos a ver. Que Carla fue precursora de las palestinas. Que posó con una para Balenciaga que costaba un riñón en el mercado negro. Pues la gente no lo entiende porque no lee el Telva. Así de claro te lo digo. Y esa incultura nos afecta a todas. La reinvención del smoking que hizo Carme Chachón en la Pascua Militar es comparable a la de Marlene Dietrich en Morocco. Pues, la gente no lo ve. No lo ve. ¡Pero si hay de alguna que tararea “Quiero ser una emigrante, de tu boca delirante” que cuando Amaya Montero escribió este ripio debía estar tomando Manasul! Evidentemente, la que cante eso jamás será amiga mía. Ni Rachida Dati, tampoco. La ministra de Justicia a la que, Carla et moi, tenemos manía. Ha dado a luz y no ha dicho ni pío. Qué pereza de discreción. Y de trajes color hueso de línea arquitectónica. Y eso, a la gente le parece elegante. Pues es un rollo. ¿También le parecerá de buen gusto entonces que Iberia silencie la huelga de pilotos de Barajas? Menos mal que finalmente se ha aclarado la paternidad de Sacha. Hemos respirado tranquilas. Nunca a pleno pulmón, que se arrugan los belfos.

jueves, 8 de enero de 2009

Recordando el 2008


¿Tú te crees que he terminado el año igual que lo empecé, o sea, gorda? ¿Hay derecho? Como tú no eres un rica heredera como yo y sólo te puedes pemitir un mísero langostino al año... Tenía que haber sido esteticienne por cuenta ajena, como tú... Pero no, cuando Dios me dio la American Express Oro, también me dio un látigo, y ese látigo es únicamente para autoflagelarme... Esta misma frase se la solté a mummy en Nochevieja, para crear calor de hogar. Pues va la tía, da un sorbo a su manzanilla aguada y ¿qué te crees que me soltó minutos antes de apretarme una cajita de nada de polvorones con el chocolatito previo a las 12 uvas? Que nadie me obliga a comer y palabras textuales: “Que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. ¿Eso es una madre? ¡Convivo con una oficial de las SS! Primero me llama “ser”, luego “animal” y por último, rata más que rata, me echa en cara que le tengo todos los tacones despellejados porque, si no ¿a qué viene lo de los tropiezos si yo voy siempre más tiesa que un ajo? Me sentó mal la cena. Las uvas, que la fructosa por la noche es muy traicionera. Y el disgusto, que me fui corriendo a llorar a mi cama que me parece súperdramático y de telefilme. Mum, detrás de la puerta que tengo adornada con un poster de Kirk Cameron, el de Los Problemas Crecen, me quiso tranquilizar. Que si me lo decía en sentido figurado, que si los propósitos de año nuevo nunca se cumplen, que si eso de “año nuevo vida nueva” es una mentira aunque en el caso de la Princesa Letizia, sí sería cierto si sustituimos “nariz” por “vida”, incluso “mentón”, fíjate... Y siguió con más ejemplos de sabiduría zen. Que si que mire a Raquel Mosquera que qué rachita lleva con suicidios a base de Mimosín; que si Madonna no le arriendan las ganancias con tanto marido y tanto hijo, que si el cubano le saca los chándales de nylon, Guy Ritchy, las chaquetas de tartán.. Hija, que me fui animando. Que me senté en la cama, me cogí la acetona y echamos la madrugada recordando 2008 mientras me ultimaba la manicura. Primero con lima y luego eché mano a los dientitos cuando me acordé del affair Ana García Obregón y las bandas de matones a sueldo. Sí nena. Acuérdate. Que si me caso con Darek, que si me separo, que si quiero que le rompan las piernas y de paso también a Jaime Cantizano. Qué nervios me entraron. Como cuando se casó Belenchy Esteban y dejó un euro a Pronovias para que le guardaran el vestido y, con ese euro en prenda, con la crisis, con lo que cuesta ganarlo, no se lo quisieron dar. Hizo historia Belén con aquel vestido de El Corte Inglés después de haberse puesto a Rosa Clarà por montera. Pero para historia, con mayúsculas, la separación de la Infanta Elena. Que estaba harta de que Don Jaime no la dejara llevar trenza con pasador repujado en color bronce. Harta. Y se fue a vivir sola a Fuente del Berro y la Reina lo llevó mal. Lo contó ella misma. Vamos por Dios. ¿Hubo algo de lo que no hablara la Reina? Estaba como Belinda, mudita y fue encontrarse con Pilar Urbano, se amedrentó con tanto cardado y ni callada ni debajo del agua. Y, así con mordaza, era como nos quería Thelma Ortiz. La pobre, si es que ir a malas peluquerías genera cosas sin sentido. Carla Bruni, como va a una clínica estupenda para que le cuiden el cabello, el colágeno líquido la proclamó reina de la República Francesa, eso y Sarzkozy, mientras que a la Duquesa de Alba, ese rizado, nunca le traerá ni matrimonio ni más comidas familiares ni un nuevo embarazo y eso que Alfonso a servidora siempre le ha parecido que tiene un tiento. Amy Winehouse siempre me lo ha dicho. Pero nunca le hice caso como de los 365 días del año, 365 se los pasa pedo...