miércoles, 17 de septiembre de 2008

Así te veo el hato, así te trato

Pero qué gran verdad. Cuánta sabiduría popular encerrada en una frase. No me extraña nada que Leire Pajín pose como posa. Como tampoco me extraña nada ahora que sea la Speedy González de la política. Si es que sabe más que los ratones coloraos. En el desfile de Hanibal Laguna, no perdía comba. Del desfile, eso no os lo puedo confirmar, porque soy gorda pero no ubícua pero, de los flashes y su expresión corporal, dominio absoluto. Nada que ver con Dolores de Cospedal que se abandonó a la improvisación. Error. Ella, en cambio, Leire, debió pensar: “Aunque soy recortadita, soy rubia pero, sobre todo, poderosa. Número 3 del PSOE. Así que “respéteme usté, que soy el liguero”, otro gran ripio que esconde mucha filosofía, como un haiku pero, en manchego. Cómo sería la estampa que, estaba a su lado Paula Vázquez, que de otra cosa –como de tintes- no sabrá pero, de photocalls y de poner el vientre plano, sabe la vida, y parecía una principiante. Hirática, pétrea, con el cuellito a 90º de la poitrine y ésta, a otros 90º de su tacón morado, a juego con su chaqueta de inspiración oriental en el mismo tono. Y, qué decir de las rodillas, a unos 45º de los hombritos. O sea, hecha un siete. Así, toda la sfillata, por cierto, un viaje al cine de los 50, a “Cómo atrapar a un ladrón”, de la mano de los beige y los rosas Grace Kelly. A mí, me gustó. Hoy la pondrán verde. Porque, caris, todo el rollo informativo que os he contado venía por una historia personal mía. Que, como soy como una señora recién sacada de una grada de un programa de Terelu, no hay segurata que no me pida la acreditación y una tiene un límite. Una, dos, incluso 3 veces, vale, pero ¿a cada momento? Que monto un pollo, os lo digo. Y me diréis: “Pues ponte moderna”. Ví a siete modernitos ideales con tupé a lo Kortajarena y unos obreros del IFEMA les pusieron a caldo por llevar torerita y bolso. Nadie está a salvo de ser menospreciado. En cambio, a Yvonne Reyes, que parece recién sacada del Precio Justo en el 91, o sea, como en formol pero antigua, le habrían gritado tía buena como poco. El hábito que no hace al monge, aunque muchas se empeñen. Qué rollo con el negro. Sandra Ibarra, por ejemplo, ¿por qué Sandra, por qué? ¿Y la gomina? Ays. No voy a seguir porque, si sigo, luego tengo que comentar el kohl de Maria Angeles Grajal y prefiero morirme. En cambio, y manteniendo el hilo argumental del hato y el trato, a Eduardito Casanova le sienta bien. Desde aquí, soy fan. De él y de su abuela. Qué chiquito tan bien educado. Da gusto y no con Colate que, será un encanto, pero debe cuidar su política de comunicación porque da un aspecto terrible. Nada que ver con la Ministra Espinosa, de Alma Aguilar de pies a cabeza, que debiera replantearse, en cambio, el ser tan apocada. Hija, anímate un poquito, mira a Paloma Lago que no para quieta y, en un hora, lleva ya cuatro vestidos... Pero ella no, ella no domina el volumen ni el tacón como mi Cayetana (Guillén Cuervo). El show bussines, que da tablas. Beatriz Luengo, por ejemplo, con ese pelo de ese largo imposible, y genera revuelo y Rossy de Palma y su niña, ambas con coletero florido, hasta yendo al baño, montan espectáculo. Y de hombres, ¿qué? Pues a falta de un Jordi Mollà, un cocktail con Grey goose, zumo de limón y manzana, nuts liqueur y unas gotas de angostura. Un Hanibal Laguna.

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