lunes, 23 de marzo de 2009

Abrazos rotos y a retazos

Sentimientos, referencias, familia, silencio, recuerdos, pasiones...; la tierra abrasada de Lanzarote como símbolo de amores calcinados; la inmensidad del océano Atlántico; el vacío de los abrazos rotos; de los que nunca se dieron y de aquellos que se rechazaron; Penélope, con su melena a lo Sophia y su vestido negro de paillettes a lo Loren (Scott); el dobladillo y el zapato; y la caida en ciernes de esta mujer convertida en Imperio; Pedro y la oscuridad de las gafas ahumadas; el director ciego; la luz del cinematógrafo; referencias, sentimientos, familia, silencio, recuerdos, pasiones...; los rumores de la ruptura de Pe y Ja (vier Bardem); ¿ya no serán como Brangelina?; perlas cultivadas Brangelina Japonicus; Alaska, con anillos de oro; Salamanca (Amaya), con pulseras de H&M; Martirio; “¿Dónde están mis minilips?”; “Ahí los tiene, encima de la encimera, que le van a morder”; Terremoto de Alcorcón, en torbellino de flecos azules pavo talmente Anna Piaggi; Rossy de Palma, en torbellino de azabaches, talmente Jeal Paul Gaultier; Eduardo Cruz, padre de la criatura y del nylon; Mó Cruz, hermana de la criatura y con pelo de nylon; familia, silencio, referencias, sentimientos, recuerdos, pasiones...; Bimba Bosé, de tubo blanco; Blanca Romero, de campana gris; Massiel, de pera, a secas; Y dorada, dorada siempre; “Ni que fuera gitana...”; Los Carmona; Pastora Vega e Imanol; la chupa de cuero de Christina Rosenvinge y el minimal danés; las chorreras de Pilar Bardem y el barroquismo castizo; Elena Benarroch y sus kilos; Darek, sin ellos; El Duque enseñando pecho; Tamar Novas, tapándoselo; Eduardo Casanovas y su abuela, rizados, ambos; Rubén Ochandiano, liso, él; Dior y Chanel estilizando la ya estilizada Eugenia Silva cual insecto palo; Elena Furiase, metiendo tripa y delicia de un insecto palo; Mó Qué Cruz, again; Muda; silencio, familia, referencias, sentimientos, recuerdos, pasiones...; Mariola Fuentes, enseñando el culo tras su chaqué invertido de David Delfín; Kira Miró, aprentándoselo tras un godet rojo de Cavalli; Eduardo Noriega, negro y blanco; Fele Martínez, verde y fúcsia; Ángela Molina, rompe y rasga y sin nutritiva; María Valverde, nutrida; Eloy Azorín, con ojitos de buscar y no encontrar; perdido, sin rumbo, sin orientación, como vaca sin cencerro; Assier Etxandía, con ojitos de rimmel; como un cencerro; Bebe, recién levantada; Ángeles González Sinde, somnolienta; Bibiana Fernández “con un corazón más grande que las tetas” y Absdrúbal, con más jeta que cabeza; mentiras, recuerdos, pasiones, silencio, familia, referencias, sentimientos...; Manuela Velasco ne me quitte pas; Kiti Mánver, flamenca pop; José Luis Gómez, Pascual y Duarte; Chus Lampreave, testiga de Jehová; Cine Proyecciones; Lola Dueñas; Blanca Portillo; Carmen Machi; Lluis Homar...; pasiones, mentiras, recuerdos, silencio, familia, referencias, sentimientos...; “Te idolatro, pues claro que te idolatro”; “¿Hay alguna posiblidad por pequeña que sea de salvar lo nuestro?”. Esta crónica no tiene salvación. Se ofrece como un cajón repleto de fotografías rotas, las de dos horas de estreno y las de toda una vida adorando a Almodóvar. “Firmado: Una baronesa”.

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